Deja una pequeña vela, guarda un poco de luz para mi.
Siluetas a la distancia, moviéndose en los árboles,
piel blanca en lino,
perfume en mi muñeca,
y la luna llena que se inclina sobre estos sueños en la niebla.
Oscuridad en el borde, sombras donde me paro.
Busco el tiempo en un reloj sin manos.
Quiero verte con claridad, que te acerques más a mi,
pero todo lo que recuerdo son estos sueños en la niebla.
Estos sueños continúan cuando cierro los ojos,
cada segundo en la noche vivo otra vida.
Estos sueños que duermen cuando hace frío afuera
cada momento que estoy despierta.
Es a capa y espada,
podría ser en primavera u otoño.
Camino sin un rasguño a través del vidrio de colores en la pared.
Débil en mi vista la vela en mis manos
y palabras que no tienen forma salen de mis labios.
Hay algo ahí que no puedo resistir,
necesito ocultarme del dolor.
Hay algo ahí que no puedo resistir.
La canción más dulce es el silencio,
la más dulce que he escuchado.
Es curioso como tus pies en mis sueños nunca tocaron la tierra,
en un bosque lleno de principes.
La libertad es un beso,
pero el principe oculta su rostro a los sueños de la niebla.
martes, 30 de noviembre de 2010
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